miércoles, 28 de agosto de 2013



















   El verano pasado una mujer maravillosa que tiene una huerta junto a la playa me dio un trozo de periódico que envolvía un puñado de semillas secas. Me oía suspirar y alabar sus flores cada vez que compraba verduras y decidió compartirlas conmigo. En primavera las plantamos en un trozo de tierra sin saber muy bien cómo y sin mucha esperanza, pero mira, la vida a veces nos sorprende, y de un puñado de semillas han nacido un montón de flores que nos han a acompañado durante todo el verano.
Se llaman zinnias y me han alegrado cada mañana con su explosión de color y su generosidad, cada día nacían más y más, ha sido precioso.
  No conocía estas flores y este verano aquí y aquí andaban también cultivando y disfrutando de las zinnias. Ayer corté las últimas flores, las dejaré secar y esperarán en una caja de cartón a que llegue la próxima primavera. Estamos agradecidos, esperaremos.
  
 

4 comentarios:

  1. Yo este año he estado bastante desanimada con las flores, sólo un par de ellas en unos geranios que me dio la vecina y unos gladiolos de los que se ha abierto ahora el primero. Entre la perra y las gallinas el jardín parece el desierto, no sé siquiera si hacer planes para el año que viene,...

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    1. Raquel, si te animas yo te envío un paquetito con semillas y ya verás qué de flores tienes el año que viene...me escribes y te lo mando!

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    1. Si que desesperación no crezcan las flores. Eso si es un problemon y no lo que se ve en la tele. Serán idiotas los que no tienen trabajo o las maltratadas o los accidentes..... preocuparse por eso si la solución esta en plantar zinnias

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