Esta vez nos reunimos alredededor de una lubina preciosa que había pescado un amigo. Aquí se le llama llobarro, y su sabor cuesta mucho de describir, pero estaba riquísimo. J lo preparó a la brasa, a pesar de que estos días el calor es muy fuerte, y el resultado fué magnífico. Una delicia. Otra noche de verano buena y compartida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
¡Gracias por comentar!