domingo, 29 de septiembre de 2013
















A pesar de que el día salió nublado pude jugar un rato con la luz dentro de la ermita y con las texturas y colores de las paredes. Fuera todo está verde todavía pero los tonos de amarillo intenso comienzan a salpicar el paisaje. El otoño suele ser la estación preferida de los fotógrafos por su colorido y por su luz. A mí me produce demasiada melancolía.

5 comentarios:

  1. Me encanta la última. Sonrisas sin precio, pese al otoño y la melancolía.

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    1. Es verdad, una buena sonrisa lo cura todo! Y un beso también. Os mando uno!

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  2. Me encanta la última. Sonrisas sin precio, pese al otoño y la melancolía.

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  3. Si, la ultima es una fotografía alegre, de esas que al cabo de mucho tiempo vuelves a ver y te hacen sonreír...

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    1. Creo que con el tiempo las fotografías de familia nos llegan a gustar todas! Un beso, Esther!

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