Como cada verano mi planta ha vuelto a florecer. Una flor insólita y elegante que me regala durante algunos días de calor. Y este año parece que serán dos, junto a mi flor hay un proyecto que espero que se abra en breve. No sé cómo se llama, apenas necesita cuidados, sólo sé que en verano me regala una flor. Yo la miro y le sonrío muy muy agradecida.
También he cosido algunos vestidos. Muy sencillos, muy simples, muy fáciles. Lentamente voy aprendiendo y me gusta usarlos tal y cómo son, sueltos, imperfectos y frescos. Tradiciones de verano que quiero conservar.
qué flor màs generosa, aparece anyo tras anyo...
ResponderEliminarlos vestidos se ven geniales, fresquitos!
¡Sí, es generosa y fiel...no me falla nunca! ¡Feliz verano para vosotros...!
EliminarPues recuerdo que uno de los primeros posts que leí en tu blog fue el de esa flor, aunque no sé de qué año ya...
ResponderEliminarMe encanta la sencillez de los vestidos.
Sí, Montse, me gustan estos pequeños ritos que suceden cada año...como un milagro ella sabe cuando ha de florecer y lo hace!
EliminarLa sencillez de los vestidos es lo que me gusta de ellos, pero también te digo que con lo que yo sé no podría hacerlos de otra manera...!
Feliz verano, amiga, disfruta estos días largos estés donde estés...!